VIOLETA AFRICANA. Cuidados y Reproducción
Una de las plantas de interior con flores que guarda un lugar especial en el corazón de los amantes de la jardinería, es la conocida violeta africana. Este espacio se lo ha ganado en primer lugar por la belleza y delicadez de sus flores, las que puede regalarnos durante todo el año, en segundo lugar porque su pequeño porte las hace fáciles de acomodar en cualquier sitio y en tercer lugar porque es una planta coleccionable.
Es decir, dada la amplia diversidad de sus flores en cuanto a formas y colores, se ha convertido en un objeto de deseo para cualquier coleccionista de plantas. Pero también es cierto que sus cuidados, aunque sencillos, son muy específicos. Y es precisamente de ellos que hablaremos el día de hoy.
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La Saintpaulia es originaria del continente africano, específicamente de las áreas tropicales de Kenia y Tanzania, donde fue descubierta en 1892. Su nombre científico hace honor a su descubridor, el Barón Walter von Saint-Paul-Illaire. Mientras que el apelativo por el que todos la conocemos, hace referencia a su gran parecido con la violeta común. De ella existen 6 variedades identificadas, todas con características y cuidados similares. Es una planta que carece de tronco, por lo que sus hojas, de color verde oscuro, brotan desde una base central, baja y compacta.


Pueden crecer hasta 15 cm de alto y alcanzan unos 30 cm de ancho. Sus hojas son redondeadas, carnosas y están cubiertas por una vellosidad muy peculiar. Sus flores son aterciopeladas, de entre 2 y 3 cm de diámetro y surgen generalmente en grupos de entre 3 y 10 al final de delgados tallos. En las especies silvestres son de 5 pétalos y tonos violetas, púrpuras, azul y blanco. Aunque en los cultivares logrados gracias a la hibridación selectiva, esta gama de color se amplía, dando paso a un incontable número de flores multicolores, en las que aumenta además el número de pétalos.


Cuidados
Es una planta de sencillos cuidados que se adapta fácilmente al cultivo en macetas en el interior del hogar. Para ello necesita una ubicación muy bien iluminada aunque sin la incidencia directa del sol. Pues sus hojas podrían quemarse, si la exponemos a la radiación durante las horas centrales del día. Tampoco resiste las bajas temperaturas, por lo que el rango ideal oscila entre los 18 y los 21 °C durante las horas nocturnas, mientras que las diurnas deben estar entre los 24 y los 29 °C.
Cuando las exponemos a temperaturas inferiores a los 12 °C, las hojas de la planta se oscurecen, se vuelven pesadas y pierden rigidez, hasta que finalmente terminamos perdiéndolas. Por lo que durante el invierno evitaremos colocarlas en los antepechos de las ventanas, pues generalmente son áreas muy frías y si están en contacto con los cristales pueden llegar a congelarse.
La violeta africana, como planta tropical endémica, sufre mucho los períodos de sequía. Así que nunca debemos esperar a que la tierra se endurezca o que la planta se marchite para colocarle agua. Por otra parte, si regamos en exceso podría aparecer un hongo gris sobre el sustrato que pudrirá las hojas de la planta al entrar en contacto con ellas. Podemos iniciar con un ciclo de riego constante de dos frecuencias semanales durante la primavera y el verano, disminuyendo a uno durante el período frío. Y a medida que veamos como se comporta la violeta africana, ajustarlo a las particularidades de nuestro entorno.
Por regla general, el momento de regar es cuando la superficie del sustrato se siente seca al tacto, pero el fondo de la maceta aún conserva algo de humedad. El mejor método de riego es por inmersión, de esta forma la planta tomará el agua que necesita, pero evitaremos que las hojas se mojen. Para esto debemos colocar la maceta con la planta, dentro de un plato o recipiente con algunos centímetros de agua. Esperaremos alrededor de 15 minutos para luego dejar escurrir.


Sustrato
Plantarlas en el sustrato adecuado ayudará mucho a evitar pudriciones. Este debe ser muy suelto y ligero, pero rico en materia orgánica. Por lo que la mezcla debe contar con un alto porciento de perlita o vermiculita para facilitar el drenaje del agua de riego, pero además debe contener humus de lombriz, fibra de coco y turba.


Es imprescindible nutrir nuestra Saintpaulia adecuadamente desde principio de la primavera hasta finales del verano. Para ello podemos agregar cada tres semanas un fertilizante líquido al agua de riego. Puede ser uno universal tipo NPK, que contenga la misma proporción de los tres macronutrientes esenciales. Pues un exceso de Nitrógeno podría quemar las raíces más finas. Si utilizamos uno dirigido específicamente a potenciar la floración, no solo ayudaremos a que las hojas se desarrollen favorablemente alcanzando un tamaño óptimo, sino que también podremos disfrutar de sus flores durante todo el año.
La violeta africana necesita podas de mantenimiento. Estas consisten en eliminar con unas tijeras los tayos y flores que comiencen a marchitarse. De esta forma, la planta concentrará todas sus energías en producir nuevos brotes. También debemos quitar, una vez al mes, 2 o 3 de las hojas inferiores que comienzan a doblarse. Si tiramos de ellas suavemente hacia un lado, se desprenderán sin dejar un pedazo de tallo, que puede ser una ventana para enfermedades oportunistas. Esto las ayudará a mantener un crecimiento sano y estable.


También es conveniente mencionar que se desarrollará mejor en macetas pequeñas. Un tamaño de contenedor adecuado es 1/3 del diámetro de la planta. Es decir, si nuestra violeta alcanza los 20 cm desde la punta de las hojas hasta el extremo opuesto, la maceta donde la plantemos debe ser de unos 6 cm aproximadamente. Esto nos dará una idea de cuando debemos trasplantarla. Pues lo usual es hacerlo cada dos años. Pero en este caso, cuando alcance su tamaño máximo, solo será necesario renovar el sustrato.


La violeta africana no es muy susceptible a las plagas, siendo la cochinilla algodonosa la que puede afectarla con mayor frecuencia. En cambio, los hongos y bacterias si pueden causarles serios daños, por lo que es fundamental colocarlas en lugares bien ventilados, mantener desinfectadas las herramientas que utilizamos en su poda y revisarlas frecuentemente para retirar las partes de la planta que muestren señales de pudrición antes de que sea demasiado tarde.
Reproducción
La reproducción de la Saintpaulia es muy sencilla, podemos realizarla por subdivisión. Ya que es común que alrededor de la planta madre broten nuevas plántulas que podremos separar y colocar en contenedores independientes. Siempre que hayan alcanzado un tamaño suficiente como para soportar el proceso. O podemos realizar su multiplicación a mayor escala utilizando sus hojas. Basta con cortarlas con 1 cm de peciolo y colocarlas en posición vertical, dejando el tallo y un tramo similar de hoja bajo el sustrato. Lo colocaremos en un lugar ventilado y bien iluminado, sin luz solar directa o corrientes de aire que podrían deshidratarla.



Si regamos frecuentemente de forma que permanezca húmedo, en dos semanas brotarán las nuevas raíces y en poco tiempo veremos asomar algunas pequeñas hojas de nuestra nueva plántula. Una alternativa es enraizar en agua para luego pasar al sustrato, Pero en mi experiencia personal el primer método es más efectivo a largo plazo, al garantizar mayor número de supervivencias de plantas adultas.
Obsequiar violetas simboliza lealtad y unión eterna. Representa la importancia que le otorgamos al hogar y a la familia. Pues se cree que ahuyenta las energías negativas ligadas a las discusiones y rupturas, ayudando a conseguir un ambiente tranquilo y armónico en el hogar.


Muy interesante pero como puedo hacerme de un ejemplar. Yo vivo en Cuba
Hola, muchas gracias por su comentario, me alegró mucho ver un comentario desde cuba, pues yo soy cubana, he de decirle que por al menos 3 años me dediqué a la venta de plantas en la habana y era muy difícil encontrar productores de violetas allá, solo conocí a una persona que se dedicaba a la producción de begonias y violetas, pero lamentablemente ya no tengo su contacto.
Mucha suerte y saludos.