Desapego emocional
Cuando hablamos de como lograr el crecimiento personal y convertirnos en seres más espirituales, practicar el desapego emocional se convierte en un obstáculo a sortear. En el mundo contemporáneo, donde se imponen los juicios de valor y, por tanto, la necesidad de demostrar a los demás que somos exitosos, desprendernos de esas ataduras sociales puede ser todo un reto. Y es que la necesidad innata del ser humano de ser aceptado por sus semejantes, nos llevan muchas veces por el camino equivocado, en lugar de comenzar por aceptarnos a nosotros mismos, lo que ineludiblemente nos conducirá a que los demás nos acepten tal como somos, sin disfraces.
Pero para esto primero debemos ser capaces de cruzar los límites autoimpuestos de nuestra zona de confort, y permitirnos dejar de necesitar, de depender y de vivir con miedo a la pérdida. Algo que no podremos hacer sin antes enfrentarnos al gran monstruo en el clóset que es el apego emocional. En ese momento exacto, es cuando dejaremos de aferrarnos a todo y por fin dejaremos de sufrir, de tener miedo y de padecer ansiedad. Practicar el desapego es el primer paso para liberarnos a nosotros mismos y comenzar a recorrer el camino hacia la felicidad.
Que no es más que vivir ligeros, sin ataduras, sin aferrarnos a lo que tenemos, a lo que nos falta, sin juzgarnos a nosotros mismos por no ser lo que se supone que deberíamos ser. Para esto existen cuatro leyes que ayudan a entender el camino que tenemos por delante y que veremos a continuación.
1- Eres responsable de ti mismo
2- Vive el presente, acéptalo y asume la realidad
En todo momento estamos tan apegados a todos los eventos acontecidos en el pasado que olvidamos lo más importante: vivir en el presente. Ponemos toda nuestra atención en nuestro pasado, cada problema lo revivimos una y otra vez, sin perdonarnos o perdonar a los demás involucrados, que tienden a ser nuestros seres queridos más cercanos. Nos aferramos de tal forma que cada acontecimiento se convierte en un ancla que nos limita, que nos impide avanzar.
Practicar el desapego en este punto implicaría sanar las viejas heridas, perdonarnos, y poner finalmente la mirada en el momento presente. Para esto lo más difícil es aceptar nuestra responsabilidad, asumir la realidad de lo que pasó y dejar de resistirse a las consecuencias, sin importar las que sean. Una vez que hagamos esto, veremos que el presente tiene muchísimas oportunidades para continuar en nuestro camino hacia la felicidad.
3- Se libre y permite a los demás ser libres también
Ser libre de ninguna manera es vivir alejado de los demás, sin vínculos emocionales con quienes nos rodean. Todo lo contrario, es sobreponerse a nuestro miedo al abandono, para permitirnos dar y recibir sin presiones, sin rescatar a los demás, ni esperar que nos rescaten, sin incidir conscientemente sobre sus decisiones, ni permitir que intervengan sobre las nuestras. Para ser libres lo primero es lograr ser uno mismo y para esto es necesario conocerse y conectar con nuestro interior hasta despojar la imagen de todos los paradigmas sociales y encontrar el yo verdadero y auténtico.