Ficus Lirata: Cómo Cuidar y Mantener esta belleza en Casa
Si estás buscando para tu hogar un árbol impresionante y de bajo mantenimiento, que puedas cultivar como planta de interior, déjame presentarte al Ficus Lirata. También conocido como el Ficus hoja de violín, se destaca por su elegante follaje y presencia imponente.
En este artículo, exploraremos las características únicas que lo hacen tan popular, y te brindaré algunos consejos esenciales para su cuidado y reproducción.
Características
Originario de las selvas tropicales de África Occidental, este árbol de follaje perenne puede crecer hasta 15 metros de altura, aunque cultivado en maceta a penas superará los dos metros. Lo que puede ser muy favorable para espacios interiores.
El Ficus Lirata se caracteriza por sus llamativas hojas, que se asemejan a un violín o una lira, de donde proviene su nombre común. Estas hojas son grandes y robustas, con un color verde intenso y una nervadura prominente.
Pueden crecer hasta 30 cm de longitud, lo que le confiere una apariencia visualmente muy atractiva. Además, su llamativo follaje, también tiene la capacidad de purificar el aire, mejorando la calidad del entorno en el que se encuentra.
Floración
Sus flores crecen en el interior de falsos frutos conocidos como siconos, a los que su único polinizador, una especie de avispa del higo, entra para colocar sus huevos. Por lo que es poco probable que fructifique en entornos domésticos.
Cuidados del Ficus lirata
Para mantener un Ficus Lirata saludable y hermoso, es fundamental proporcionarle las condiciones adecuadas.
Luz
Para esto será necesario proveerle una ubicación donde reciba abundante luz, evitando el sol directo de las horas centrales del día, ya que este podría quemar sus hojas. Cerca de una ventana orientada al este o al oeste será la opción es ideal.
Temperatura
Al ser una planta tropical no tolera bien las temperaturas extremas, por lo que debemos mantenerla en un rango entre 18 y 25 °C. Siempre evitando exponerla a temperaturas inferiores a 15 °C o a un exceso de calor.
Riego
En cuanto al riego, es esencial mantener el sustrato ligeramente húmedo pero no empapado. Por lo que dejaremos que la capa superior del suelo seque antes de regar nuevamente. Podemos empezar con dos frecuencias semanales ajustando el ciclo según como se comporte en el espacio donde lo coloquemos.
La planta también agradecerá una humedad relativa moderada, por lo que pulverizar las hojas ocasionalmente puede ser beneficioso. Siempre que contemos con una buena ventilación que permita que las hojas se sequen rápidamente. De lo contrario, podrían aparecer manchas oscuras en ellas producidas por hongos oportunistas.
Fertilizar
Durante los meses de primavera y verano, será necesario fertilizar nuestro Ficus Lirata para promover su crecimiento. La frecuencia dependerá del tipo de abono que utilicemos, por lo que lo debemos seguir las indicaciones del fabricante.
Transplante y Sustrato
La mejor época para realizar los trasplantes es la primavera, lo cual regularmente se aconseja hacer cada 2 años, o antes, si notamos que las raíces de nuestro Ficus Lirata comienzan a salir a través de los agujeros de drenaje de la maceta. También es recomendable cambiar la maceta por una de unos centímetros mayor, para dar oportunidad a las raíces de continuar con su desarrollo y crecimiento.
El Ficus Lirata no tiene requerimientos muy específicos en cuanto al tipo de sustrato. Uno para plantas de hojas verdes con abundante materia orgánica como el humus mezclado con perlita para facilitar el drenaje será suficiente.
Plagas
A pesar de ser una planta muy resistente, no deja de estar expuesta a las plagas. Entre las más comunes podemos encontrar la mosca blanca, las cochinillas y los pulgones. Estos insectos se adhieren a hojas y tallos, afectando el crecimiento y la salud de la planta al sustraer nutrientes y debilitarla hasta el punto que puede llegar a morir si no las tratamos a tiempo.
Mantener una buena higiene, revisar la planta regularmente y proporcionar un ambiente adecuado son medidas importantes para proteger la salud del Ficus Lirata.
Podas
Como parte de su mantenimiento es recomendable cortar el follaje y los tallos que comiencen a marchitarse y limpiar sus hojas para mantenerlas libre de polvo y otras partículas que podrían entorpecer el proceso de fotosíntesis.
Si el ficus crece tanto que se vuelve demasiado alto, podemos podarlo. El mejor momento es a principios de la primavera, cuando comienza la fase de crecimiento activo. Con esto además promoveremos su ramificación y podremos darle forma de acuerdo a nuestro gusto. Siempre tomando medidas de protección adecuadas, pues su savia puede ser irritante para la piel.
Reproducción
Si estás considerando reproducir tu Ficus Lirata, es más aconsejable optar por los esquejes de tallo en lugar de intentar la propagación a partir de hojas, ya que los esquejes de tallo tienen una mayor probabilidad de éxito.
Para hacerlo, selecciona un tallo saludable y corta una porción de aproximadamente 15 cm de longitud. Retira las hojas de la parte inferior y coloca el esqueje en agua o en un sustrato adecuado para enraizar.
Mantén el esqueje en un lugar cálido y húmedo hasta que desarrolle raíces, lo que puede tomar varias semanas. Una vez que las raíces estén bien establecidas, puedes trasplantar el esqueje a una maceta más grande y seguir los mismos cuidados que con una planta adulta.
La reproducción del Ficus Lirata a partir de hojas no es común ni generalmente exitosa, ya que este método es más complicado y menos fiable, pues las hojas son más propensas a pudrirse o no desarrollar raíces adecuadas para generar una nueva planta.
Señales o Síntomas que no debes pasar por alto
Si notamos que las hojas del Ficus lirata se vuelven lacias, es un claro indicio de que la planta necesita agua. Sin embargo, es importante verificar el sustrato antes de tomar medidas, ya que si está aún húmedo, el problema podría ser otro.
Por otro lado, si las hojas se caen, es probable que la causa sea debido a corrientes de aire o una insuficiencia de luz, por lo que debemos corregir estas condiciones. Si observamos puntos amarillos en el haz de las hojas acompañados de pequeñas telarañas en el revés, es posible que esté siendo afectada por una infestación de araña roja, lo cual requerirá un tratamiento específico.
Por último, si las hojas se vuelven amarillas, esto suele ser un indicio de un exceso de riego, por lo que debemos ajustar la cantidad de agua que le colocamos.
Dato curioso del Ficus Lirata
Como dato curioso podemos destacar la increíble capacidad de adaptación que tiene este exuberante ficus, pues en su hábitat natural, cuando el agua se vuelve escasa, el Ficus Lirata despliega una estrategia única para conservar la humedad.
Sus hojas, que normalmente son grandes y expansivas, comienzan a encogerse en tamaño, reduciendo significativamente la superficie de evaporación. Este proceso, conocido como «dimorfismo de hojas», permite que la planta conserve el agua esencial mientras enfrenta condiciones adversas.
A medida que regresan las lluvias y el suministro de agua se restablece, sus hojas, una vez encogidas, se expanden nuevamente, revelando su verdadero esplendor. Esta capacidad de ajuste no solo es una maravilla de la adaptación, sino que también es un recordatorio de la asombrosa diversidad de estrategias que las plantas han desarrollado para sobrevivir en entornos desafiantes.
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