Estado de animo

Errores en la decoración que afectan nuestro estado de ánimo

Debemos tratar de evitar en la mayor medida posible los errores en la decoración debido a que en el entorno en el que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, tiene un impacto sobre nuestro estado de ánimo y por ende sobre nuestra salud mental. Tanto los colores como las formas de los objetos a nuestro alrededor, nos generan sensaciones que afectan, para bien o para mal, el modo en que nos sentimos e incluso como interactuamos con los demás.

En un final, el hombre piensa como vive, por lo tanto, es de esperarse que si el interiorismo de nuestro hogar no está orientado en función de generar bienestar, puede inducirnos a sentir cierto grado de ansiedad o estrés, llegando a afectar todas las áreas de nuestra vida.

Aunque pudiera parecer un descubrimiento novedoso para muchos, es una idea que se maneja hace más de 3000 años, al estudiar corrientes como el Feng Shui o el Vastu Shastra podemos entender el vínculo estrecho que existe entre nuestro entorno y nuestra estabilidad física y emocional. Por lo que combine hacer un análisis de nuestra casa e intentar determinar si hemos cometido, sin saberlo, errores en su decoración, que lejos de convertirla en el refugio de paz que debería ser, nos provoque depresión o ansiedad. De esta forma podremos corregirlos y finalmente disfrutar a plenitud de nuestro espacio.

A continuación veremos los errores más comunes que cometemos y la manera de solucionarlos.

Exceso de bordes afilados

Algo frecuente de encontrar en nuestro hogar son los espacios con demasiadas líneas rectas y ángulos agudos. Esto es algo de lo que no nos percatamos fácilmente, pero que además las tendencias minimalistas de hace algunos años promovían. 

Si bien este estilo no está errado cuando lo lleva a cabo un interiorista profesional, el cual sabe encontrar el equilibrio correcto, cuando intentamos recrearlo en casa, puede que el resultado nuestro cerebro lo interprete como patrones peligrosos. Ante esto generamos una respuesta química que nos provoca ansiedad, difícil de detectar, pues ocurre a un nivel inconsciente y solo percibimos que estamos irritados y que no nos gusta llegar a casa.

Si este es el caso, podemos contrarrestar este efecto con la introducción de elementos con curvas. Estas, al ser formas orgánicas, más cercanas a las líneas que encontramos comúnmente en la naturaleza, poseen un efecto calmante. No es de extrañar que las últimas tendencias se inclinen por estas, pues ya venía siendo necesario terminar con la impersonalidad estéril del minimalismo, tal como lo conocíamos.

Ahora, si bien es cierto que un mueble puede ser costoso, tampoco es necesario hacer una gran inversión. Solamente basta con hacer un esfuerzo consiente por introducir algunos objetos. Estos podrían ser un cuenco decorativo, un espejo redondo o incluso colocar un textil sobre un borde afilado. Con nada más agregar algunos cojines o cambiar una mesa cuadrada por una redonda, ya la composición alcanzará un nivel más relajado y esto a su vez permitirá a nuestra mente descansar.

Ausencia de naturaleza

No tener plantas vivas en nuestro hogar, si queremos combatir la depresión, es un gran error. No hay un punto de consenso más aceptado universalmente como el de los beneficios que tienen las plantas naturales para las personas y todos los apasionados de las plantas los hemos experimentado. Estas limpian el aire, aportan paz y reducen el estrés. 

Comenzar con la jardinería como pasatiempo, incluso si no contamos con demasiado espacio, puede ayudarnos a combatir la soledad y la tristeza. Cuidar de un ser vivo, darle amor y atenciones, verlo crecer y florecer, puede proporcionar una sensación de propósito y gratificación tan grande, que es sin duda capaz de incidir positivamente en el estado de ánimo de cualquier persona.

Paralelo a esto, la simple observación de símbolos, colores o imágenes que nos evoquen a la naturaleza puede causar un efecto semejante. Por lo que podemos intentar introducir el color verde en contraste con los que hoy tenemos, colgando una obra de arte con imágenes de árboles y vegetación o incluso colocar el tan en tendencia papel pintado con motivos florales. Este tipo de imágenes representan un cambio cíclico de crecimiento y tienen una connotación positiva de estabilidad.

Paredes vacías, ausencia de arte

A lo largo de la historia se ha utilizado el arte para la decoración de los hogares, pues permite caracterizar el espacio de forma que tenga pertenencia única para quien lo habita. Por lo que no es de extrañar que en ausencia completa de este, sintamos nuestra casa ajena. Esto muchas veces ocurre más por desconocer que tipo de arte nos atrae que por un problema esencialmente económico. Pues podemos emplear reproducciones de precios accesibles, que tendrán el mismo efecto sobre nuestro estado de ánimo que un costoso original. Nuestro subconsciente realmente no nota la diferencia, solo genera dopamina cuando observamos algo que nos atrae.
Para las áreas comunes de reuniones familiares como el salón o el comedor podemos colocar imágenes con colores vibrantes, ya que son energizantes y aportan dinamismo. En cambio, para los dormitorios, podemos colgar cuadros abstractos relajantes o paisajes en tonos suaves. Esto nos ayudará a relajarnos y conciliar el sueño, alejando toda ansiedad. Más allá de esto, solamente debemos determinar nuestro estilo de arte y seleccionar aquel que se ajuste a la paleta de colores y la escala de nuestros espacios. Pues colocar una hermosa obra en un lugar inadecuado, puede disminuir la belleza e impacto tanto de la obra, como del entorno.

Demasiados objetos mal distribuidos o desorden

Otro de los errores causantes de la ansiedad es la costumbre de acaparar demasiados objetos en nuestros interiores, pues esto lejos de ayudar a que luzcan armoniosos puede ser contraproducente. Ver tantos elementos consume demasiada energía mental, no es de extrañar que en la actualidad exista una fuerte tendencia hacia desintoxicar los espacios, permitiendo que las habitaciones respiren y con ellas nosotros.

En el caos de la vida cotidiana contemporánea, mantener un orden interno es imprescindible para el equilibrio mental y espiritual que mantiene a raya la depresión. Y esto se dificulta si estamos sometidos a constantes estímulos visuales producto de una decoración recargada. Dado que el exceso de objetos nuestro subconsciente lo interpreta como desorden, ocupar nuestro espacio, que en muchos casos tiende a ser reducido, con nada más que lo imprescindible, nos conducirá a una vida más relajada y feliz.

Elección inapropiada del color

Es imposible hablar de como modificar nuestro entorno para mejorar nuestra salud emocional sin hablar del color, pues de todos los estímulos visuales que podemos percibir, este es el más contundente. A grandes rasgos podemos decir que existen los tonos cálidos que revitalizan y alegran, aunque en exceso irritan, mientras que los fríos, calman y sosiegan, pero en demasía deprimen. Podemos analizar nuestros ambientes y ver si tenemos un exceso o carencia de alguno de estos. De ser así, al cambiarlo percibiremos la mejora rápidamente. 

La clave es pensar en nuestras necesidades personales, en como nos gustaría sentirnos y empezar desde ahí.

Iluminación incorrecta o deficiente

Algo que podemos hacer para mejorar nuestro estado de ánimo es permitir el paso de la luz natural hacia el interior de nuestro hogar. No es necesario decir que una casa bien iluminada nos ayudará a sentirnos más activos y enérgicos, pues nuestro cuerpo producirá serotonina, la cual,  mejora nuestro ánimo ahuyentando la depresión. Si nuestra casa no cuenta con una posición favorable y no recibe mucha luz natural, podemos compensar aplicando en las paredes tonalidades claras, colocando espejos e incluyendo fuentes extra de luz artificial.

Otro aspecto fundamental para actuar sobre el estado anímico es la temperatura de la luz artificial. Esta debe corresponderse tanto al horario del día como a la actividad que estemos desarrollando. Una luz fría o blanca, ayuda a que estemos alerta y concentrados, mientras que la luz cálida o amarilla, le permite a nuestro cuerpo relajarse. Algo que desencadena altos niveles de estrés es luchar contra la respuesta natural de nuestro cuerpo ante el estímulo de una temperatura de luz inadecuada.

Mala selección de materiales

Otro aspecto del que somos casi inconscientes es el origen de los materiales que nos rodean. Los seres humanos contamos con una atracción inconsciente hacia la naturaleza, por lo que apoyar o estrechar esa conexión, rodeándonos de objetos auténticos, nos ayuda a sentirnos más a gusto y a mejorar nuestra calidad de vida. En el sentido práctico, si estamos rodeados de elementos de plástico, de MDF, poliestirenos y demás, podemos comenzar a sustituirlos por otros de madera, cerámica y fibras naturales. 

Así no solo promoveremos el consumo sostenible y responsable, sino que veremos mejorar nuestra salud emocional, elevarse el confort térmico de nuestros espacios, aumentar su calidez visual y por ende mejorará la calidad de vidas de nuestra familia.

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