Una planta muy apreciada tanto por sus usos culinarios como por sus importantes propiedades medicinales y para la belleza es el Romero. Por lo que muchos amantes de las plantas desean contar con un ejemplar en casa, pero al no conocer sus orígenes y características lo terminan perdiendo. Es por esto que hoy veremos como cuidar el romero en maceta y aprenderemos un poco más sobre esta maravillosa hierba de un agradable y distintivo aroma, que se cultiva en más de 80 países.
De nombre científico Salvia Rosmarinus o Rosmarinus Officinalis, es una hierba aromática nativa de la región mediterránea donde crece en un entorno seco y árido y puede llegar a vivir hasta 20 años. Sus tallos son leñosos y muy ramificados, posee un follaje perenne, siempre verde y crece hasta 2 metros de altura. Las hojas, pequeñas y muy abundantes, presentan forma lineal, son de un color verde oscuro, mientras que por el envés presentan una tonalidad blanquecina y cobertura vellosa.
En la zona de unión de la hoja con el tallo nacen los ramilletes de flores blancas, rosas, púrpuras o azules. Florece dos veces al año, en primavera y en otoño, y dan como resultado unos frutos pequeños que crecen encerrados en el fondo del cáliz.
Ambiente ideal
Para su cultivo en maceta debemos tener en cuenta que necesita unas 6 horas de sol al día, por lo que conviene tenerlas en el balcón o en el alfeizar. La temperatura ideal para su desarrollo se encuentra entre 20 y 30 °C, resistiendo temperaturas bajas, aunque es preferible no exponerla a estos extremos, pues podríamos dañarla significativamente. La ventaja principal de tenerla en maceta es precisamente para resguardarla en el interior en estos casos.
Riego
Esta es una planta que soporta la sequía mucho mejor que la humedad, pues el exceso de agua puede llegar a podrir las raíces. Lo más aconsejable es dejar secar el sustrato entre riegos, por lo que colocarles agua una vez por semana sería suficiente, siempre teniendo en cuenta el clima local.
Tipo de sustrato
Si utilizamos un suelo ligero, poroso y que deje escurrir fácilmente el agua, disminuiremos considerablemente los posibles encharcamientos. No necesita suelos ricos para desarrollarse, por lo que debemos colocarle fertilizante, tan solo una vez por mes a partir del inicio de la primavera y hasta finales del verano.
Es muy resistente a las plagas y enfermedades, aunque puede sucumbir ante las cochinillas y pulgones o en caso de estar en un lugar mal ventilado o hacinado, los hongos. Para evitar estos últimos debemos escoger adecuadamente el lugar donde la cultivaremos y realizarle podas sistemáticas a la planta para facilitar la circulación del aire. Podemos practicarles podas de formación cada dos años, para limitar su crecimiento y podas de limpieza más frecuentes siempre que veamos ramas u hojas secas.
Debemos realizar trasplantes cada dos años para renovar el sustrato y cambiarlas a una maceta mayor en caso de que haya crecido demasiado y ya la actual le quede pequeña.
Reproducción
Se puede propagar por semillas o esquejes. Aunque a pequeña escala, el segundo método resulta más rápido y con un alto índice de supervivencia. Durante la primavera, cortaremos tallos de romero jóvenes que tengan por lo menos 8 cm de largo y le retiraremos las hojas de la mitad inferior.
Los colocaremos en un sustrato compuesto por un 30% de materia inorgánica como perlita o arena de río, 30% de materia orgánica como musgo de turba y un 40% de tierra. Regamos los esquejes cada dos días, hasta que las raíces comiencen a crecer. Después de 8 semanas estarán listos para ser trasplantados a su lugar definitivo.
Recolección
Para recolectar las ramas de la planta debemos esperar hasta su segundo año de vida, de forma que esté, su sistema radicular, completamente desarrollado y la planta haya crecido lo suficiente como para soportar el proceso sin secarse. Aunque podemos utilizarlo fresco durante todo el año, en caso de preferirlo seco, debemos esperar al verano, pues es durante su floración cuando la proporción de aceite aumenta. Se deben cortar las ramas jóvenes, guardándolas en un lugar sombreado y bien ventilado para conservar mejor, tanto sus propiedades como su aroma.
Dato curioso
Como dato curioso podemos decir que su uso se remonta al propio origen de la civilización, cuando en el antiguo Egipto ya era utilizada como parte de la ceremonia del tránsito de los faraones hacia el país de los muertos.
En Grecia se quemaba, como incienso, en ofrenda a la Diosa Afrodita para pedir bienestar y amor en la vida de casados. Tradición heredada luego por el Imperio Romano en sus templos consagrados a Venus, Diosa del Amor. Posteriormente, en la edad media, fue utilizado tanto en dormitorios de personas enfermas como en hospitales, como sahúmo. Quemando el romero para que su humo purificara las estancias.
Hoy día se continúan llevando a cabo estudios para comprobar todos estos beneficios validados por el imaginario popular a través de los años. Por lo que es un rotundo acierto contar con esta hierba mágica en nuestro hogar, ya sea para uso medicinal o para darle un toque de sabor a nuestras comidas.
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