Cactus de COLORES (Gymnocalycium )
Dentro del amplio e increíble mundo de las suculentas existen unos pequeños cactus de tonalidades brillantes que dejan sorprendidos y llenos de preguntas a quienes los observan. Por lo que hoy hablaremos sobre los cactus de colores injertados, y debelaremos la magia detrás de tanto colorido.
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Los Gymnocalycium son un género de alrededor de 70 especies de cactus originarios de los cordones montañosos suramericanos. Aunque la especie de la que hablaremos hoy fue producida en el otro extremo del mundo. La variedad Gymnocalycium mihanovichii var. hibotan, que habitualmente vemos injertada, fue desarrollada en Japón en 1941. Se logró por el cultivador E. Watanabe luego de sucesivas selecciones de hijuelos variegados, cada vez con menor área cubierta de verde. Hasta que finalmente obtuvo un ejemplar enteramente rojo.

Estos cactus, aunque nos regalan estos deslumbrantes colores, tienen la particularidad de no producir clorofila. Sustancia que provoca los tonos verdes en las superficies de las plantas. De ahí la necesidad de injertarlos sobre otro cactus al que se le llama pie. Este generalmente es una variedad a fin como el Hylocereus, quien realizará por ellos la fotosíntesis y del que recibirán los nutrientes necesarios para durar varios años. Se podría describir como una esfera de alrededor 5 cm y 8 costillas con pequeños montículos con 5 o 6 espinas curvadas.


Sus flores acampanadas de 5 cm de largo, destacan por su color amarillo o rosa pálido y su delicada apariencia. Los también conocidos como cactus de la luna, los encontramos en colores como amarillo, anaranjado, rojo, rosado y morado oscuro.




Cuidados
Para su cultivo en el interior debemos colocarlo en un lugar con mucha iluminación, donde reciba incluso un poco de la luz solar suave de la mañana o el atardecer, evitando siempre las horas centrales más calurosas. Principalmente durante el verano. El rango ideal de temperatura oscila entre los 10° C y 30 °C, ya que son menos rústicos que las variedades que crecen en sus propias raíces que si podrían soportar temperaturas inferiores a 0° C. Por lo que es fundamental resguardarlos en el interior durante el invierno.
Los riegos deben ser moderados y siempre evitando mojar el cuerpo de la planta para evitar la aparición de hongos oportunistas. El truco, como con todas las plantas suculentas, es esperar que el sustrato seque completamente antes de volver a colocar agua. De esta forma ajustaremos el ciclo a las particularidades del clima local y evitaremos las tan temidas pudriciones.

En invierno deben espaciarse aún más, por ejemplo si antes estábamos colocando agua una vez por semana, durante los meses fríos solo le pondremos moderadamente cada dos semanas. Pues la planta entra en reposo vegetativo y no despierta hasta la próxima primavera. Momento en el que debemos incluir en al agua de riego, un abono líquido que le provea los nutrientes adecuados para esta nueva etapa.
El sustrato donde lo plantemos debe ser una mezcla estándar para cactus, recomendada porque incluirá abundante materia inorgánica, como perlita o arena, que le aportará la porosidad necesaria para que el agua drene completamente de manera fácil y rápida. El mantenimiento de esta planta incluye limpiar su superficie para mantenerla libre de polvo, con la ayuda de un pincel y en caso de que al portainjerto le nazca algún brote lateral, eliminarlo antes de que, con su crecimiento vigoroso, afecte a nuestro Gymnocalicium.


También es conveniente realizar trasplantes cada dos años para renovar el sustrato, cambiando nuestra planta a una maceta unos centímetros mayor que la actual. Existe un mito sobre el tiempo de vida de este tipo de cactus, que dice que no llegan a durar más de tres años. Pero lo cierto es que con los cuidados adecuados puede llegar a ser tan longevo como otras variedades menos coloridas. En el peor de los escenarios el patrón dejará de pasar nutrientes hacia el Gynocalycium, lo que detectaremos porque comenzará a palidecer. Para solucionarlo deberemos reinjertarlo sobre un nuevo pie, con lo que prolongaremos su vida por muchos años más.
Las principales plagas a las que debemos prestar atención son la cochinilla algodonosa y los pulgones, para eliminarlos a tiempo y prevenir una posible infestación.
Reproducción
Para reproducirlo deberemos contar con un portainjerto saludable que posea un sistema de raíces completamente establecido. Quitaremos uno de los hijuelos de nuestra planta madre, los cuales crecen en un número abundante sobre las costillas de nuestro Gyinocalicium. Realizaremos un corte plano en la sección inferior del hijuelo y en la superior de nuestro pie de injerto y los uniremos de forma que sus centros, que llevan por nombre anillos vasculares, se crucen. De ello dependerá que nuestro pequeño hijuelo reciba los nutrientes necesarios para su desarrollo.


Podemos asegurarlos con una banda elástica para evitar que se despeguen cuando comiencen a secarse. Lo colocaremos en un lugar sombreado, con temperaturas cálidas y estables y a los 10 días ya la unión debe estar completamente cicatrizada. A partir de ahí nuestro pequeño cactus comenzará a crecer rápidamente.


En resumen, estos son cactus muy apreciados tanto por su delicadeza y fragilidad, en comparación con otras especies de gran resistencia, como por la intensidad y variedad de su colorido, que aun con su pequeño porte serán los grandes protagonistas del espacio donde los coloquemos.