Como CUIDAR las SUCULENTAS, guía para principiantes

Cuidar las suculentas puede parecer una tarea titánica para aquellos que no conocen mucho sobre estas hermosas plantas. Varias personas que conozco se autodenominan asesinos de suculentas por el alto porciento de pérdidas que han tenido de estos ejemplares.

Permítanme decirles que nada es tan difícil como uno mismo cree que es. Solo basta con leer un poco para darnos cuentas de que con un par de cuidados básicos podemos llegar a cultivarlas con éxito.

Tabla de contenidos

Datos generales

Las plantas suculentas o crasas son aquellas que tienen la capacidad de almacenar agua en sus hojas o tallos. Es por esto que muchas son pubescentes, es decir, que presentan una superficie llena de pelillos lo que les permite captar el rocío matutino.

Crecen en forma compacta con un limitado número de ramificaciones, desarrollan recubrimientos pruinosos en sus hojas, una especie de cera que funciona como protector solar y ayuda al escurrimiento del agua hacia las raíces, o desarrollan hojas modificadas en forma de espinas.

Estas características les permite sobrevivir a largos periodos de sequía en climas áridos.

Las circunstancias que las hacen tan únicas también las diferencian del resto de plantas en cuanto a los cuidados que necesitan para vivir en el interior de nuestros hogares, por lo que es muy común cometer errores. Para que a pesar de ser principiante cultives tus suculentas como todo un profesional, te comparto estas claves fundamentales para su correcto cuidado y mantenimiento.

1. Iluminación

Con la iluminación debemos tener especial cuidado, ya que actúa sobre las condiciones estéticas de las suculentas. Lo ideal es colocarlas en lugares bien iluminados donde reciban entre 4 y 6 horas de luz diariamente, pero evitando la exposición a la luz directa del sol en el horario del medio día pues pueden sufrir quemaduras.

Con la luz intensa cambian la coloración a tonalidades rojizas incluso negras en algunas especies, pero si es demasiada luz aparecerán manchas y lesiones irreversibles en las hojas.

Por otra parte, si es muy poca la luz las plantas se etiolan lo cual quiere decir que se desforman aumentando la distancia entre sus hojas o cambiando su diámetro en el caso de los cactus. Este proceso también es irreversible por lo que se deberán tomar medidas drásticas como decapitar la planta para intentar solucionarlo.

2. Riego

Como estas plantas son capaces de acumular grandes reservas de agua en su interior, no es necesario regarlas con la frecuencia que lo necesitan otras plantas, ya que la pudrición por exceso de humedad es la principal causa por la que perdemos nuestras suculentas cuando no tenemos experiencia.

Al ser cada ambiente tan diferente, no recomiendo establecer un ciclo de riego específico, sino regar abundantemente hasta ver que el agua escurre por el agujero inferior de la maceta, esto solo cuando el sustrato esté completamente seco, así se evitará tanto el riego en exceso como la deshidratación.

Podemos determinar que una planta comienza a deshidratarse cuando sus hojas pierden volumen o se arrugan. Otro aspecto fundamental es evitar que caiga el agua sobre la superficie de la planta, pues esto propicia la aparición de manchas, la pudrición y la proliferación de plagas.

3. Sustrato

Para que las suculentas crezcan y se desarrollen correctamente es importante contar con el sustrato adecuado, este debe imitar las condiciones que tendría en su hábitat natural, es decir, deben ser bajos en nutrientes, porosos, poco compactos y drenantes.

Para lograr estas características el sustrato debe estar compuesto por partículas inorgánicas como son la arena, la perlita, la vermiculita, la grava, la arcilla expandida, la piedra pomes o roca volcánica, estos componentes garantizan la porosidad y el drenaje con lo que se evitará la aparición de hongos y la pudrición por encharcamiento. Además, las raíces crecerán libremente contrario a lo que pasaría en un suelo demasiado compacto.

Por otra parte, también se debe incluir en el sustrato partículas orgánicas como son la turba, la corteza de pino, virutas de madera, el compost o el humus de lombriz. Estos se encargarán de aportar los nutrientes que necesitan nuestras plantas, siempre teniendo presente utilizar en menor porcentaje estos últimos.

4. Cuando trasplantar tus suculentas

Se recomienda trasplantar cada 2 años, pero es una buena práctica revisar periódicamente que las raíces de la planta no estén asomando por el agujero de drenaje, ya que esto indica que la planta no cuenta con el espacio suficiente y es momento de sustituir la maceta por una de más capacidad.

Siempre es aconsejable realizar el cambio en los meses cálidos del año, lo que minimiza los posibles daños por pudrición en las raíces que se afecten durante la manipulación. Se debe escoger una maceta un tercio más grande que la actual y preparar un nuevo sustrato del que la suculenta pueda alimentarse por los próximos dos años.

En lo personal recomiendo a los principiantes utilizar específicamente macetas de barro con orificios de drenaje, ya que este material tiene la característica de ser permeable, eliminando la humedad a través de sus poros. Existen más probabilidades de perder una de nuestras suculentas por exceso de humedad que por falta de riego, lo cual hace el uso de macetas de barro una excelente elección.

Como último punto, señalar que en el fondo de la maceta se deben colocar piedras con un diámetro algo mayor que los agujeros, para así evitar que estos se bloqueen con el sustrato, lo que provocaría la tan peligrosa acumulación de agua.

De forma general aconsejo evitar la manipulación de la planta, no debe tocarse o moverse de lugar con frecuencia, pero sí es recomendable girarla periódicamente para de este modo equilibrar la cantidad de luz que reciben y evitar que se inclinen hacia un lado, con la ayuda de un pincel mantenerlas limpias en caso de que se acumulen partículas sobre su superficie, pues esto puede inhibir su crecimiento, fertilizar regularmente en verano y mantener a raya las plagas.