Una excelente alternativa a los productos fitosanitarios químicos, son los fertilizantes caseros, que podemos preparar de forma muy sencilla con residuos que todos tenemos en casa. Estos además de nutrir muy bien nuestras plantas, nos permitirán ahorrar en nuestro presupuesto, ya saben… para así poder comprar más. 🥰😜
Los tres macronutrientes esenciales con los que debemos enriquecer constantemente el sustrato, durante los meses cálidos, son el nitrógeno, el fósforo y el potasio. El nitrógeno es necesario para el crecimiento vegetativo y desarrollo de la planta, es el que más se consume y, por tanto, el que más rápido se agota. Por su parte, el fósforo es el encargado del metabolismo, desencadenando los procesos de aparición de nuevos brotes, flores y raíces. El potasio es el que facilita la movilidad de los fluidos, permitiendo la hidratación y nutrición de la planta.
En las recetas de abonos orgánicos que veremos hoy se encuentran presentes todos estos, junto a otros micronutrientes, que al emplearlos garantizaremos que nuestras plantas crezcan más bellas y saludables.
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ToggleEsta receta tiene dos variantes, en la primera y más sencilla solo debemos preparar una infusión con las cáscaras o pieles de las bananas. Es decir, debemos llenar un recipiente con agua y llevarlo al fuego, cuando esté a punto de ebullición colocaremos dentro las cáscaras de plátano.
Dejaremos hervir durante cinco minutos para luego bajarlo del fuego, taparlo y dejarlo reposar hasta que enfríe. Esta infusión resultante se coloca en el sustrato como agua de riego. Estaremos aportando principalmente potasio, por lo que al utilizarlo durante el periodo de floración estimulará la planta a producir mayor cantidad de flores.
Con la segunda alternativa de esta receta los resultados serán aún mejores, consiste en dejar secar al sol las cáscaras hasta que se puedan triturar. Esto dará por resultado un polvo muy nutritivo, del que colocaremos una cucharada cada 15 días en nuestras macetas, con resultados increíbles.
Podemos elaborar este fertilizante para plantas colocando las cáscaras de patata limpias en agua hirviendo, esperar cinco minutos para luego bajarlas del fuego. Una vez que se enfríe lo revolveremos y colaremos, para separar las cáscaras y ya está listo para aplicarlo. Este fertilizante aportará potasio, hierro, calcio, fósforo y vitamina C, entre otros.
Lo debemos colocar en la base de nuestras plantas, preferentemente al final de la tarde, para evitar que se evapore con el sol y la planta no lo absorba completamente. Es beneficioso para el fortalecimiento y rápido crecimiento de los nuevos brotes. Por lo que resulta muy efectivo en semilleros o plántulas que comienzan su desarrollo, mejorando la tasa de supervivencia y acelerando la formación del nuevo sistema radicular.
Nada es más agradable que una taza de café en las mañanas, y si a esto le sumamos que el polvo residual de la preparación puede ser utilizado para aportar nitrógeno, potasio y fósforo a nuestras plantas, resulta perfecto. Solo debemos colocar una cucharada sobre el sustrato y no volver a poner hasta que este se halla integrado completamente, pues es un abono de liberación lenta y muy fuerte, por lo que debemos reservarlo para plantas adultas.
Un producto que seguramente tenemos a la mano son los cascarones de huevo, estos además de ser una increíble fuente biológica de calcio, puede aportar también potasio y fósforo a nuestras plantas. Para prepararlo basta con dejar secar al sol los cascarones de huevos, en unos tres o cuatro días estarán listos para triturarlos hasta convertirlos en un polvo que colocaremos en el sustrato, ya sea durante su elaboración en caso de trasplante o sobre él, en las macetas de las plantas.
Los nutrientes presentes en esta preparación se irán liberando lentamente, manteniendo nuestras plantas saludables, además de ayudar en la estabilidad del pH del suelo.
La ceniza de madera es rica en potasio, fósforo, magnesio y otros micronutrientes como cobre, hierro, manganeso, níquel y zinc. Podemos recolectar la ceniza de la madera quemada y espolvorearla sobre la tierra en pequeñas cantidades solo dos veces durante el periodo de desarrollo vegetativo de las plantas.
Lo que aportará un notable vigor durante este proceso y obtendremos mayor floración y fructificación. Este fertilizante tiende a subir el pH del suelo, por lo que es muy recomendado para corregir suelos ácidos y mejorar la actividad bacteriana en ellos.
El agua de arroz es rica en aminoácidos, calcio, fósforo, hierro, zinc y potasio, además de una gran cantidad de vitaminas. Constituyendo un probado fertilizante muy beneficioso para el desarrollo de las plantas, pues no solo ayuda a que estas crezcan sanas y fuertes, sino que también mantiene saludable y activa la población bacteriana presente en el suelo, creando un entorno más resistente ante la aparición de plagas.
Solo debemos recolectar el agua residual producto al lavado del arroz, que habitualmente desechamos. Podemos utilizarla como sustituto del agua de riego cada vez que queramos, sin efectos secundarios perjudiciales.
El purín es uno de los fertilizantes orgánicos de mayor utilización y con mejores resultados, pues además de nutrir nuestras plantas con potasio y nitrógeno, mantiene a raya las plagas, constituyendo un potente insecticida. Para prepararlo debemos cortar en pequeños pedazos, de alrededor de 1 cm, las plantas que seleccionemos, que pueden ser pasto, alfalfa, ortiga, cola de caballo o manzanilla, entre otras muchas.
Introducir las hierbas cortadas en un recipiente de plástico o cerámica, agregarle agua hirviendo, taparlo de forma no hermética y dejarlo reposar entre 5 y 8 días. Podemos utilizar por cada Kg de hierbas 10 LT de agua. Luego de transcurrido este periodo de fermentación, colaremos el agua y ya estará lista para su uso. Debemos diluirlo al 20 % si lo aplicaremos en la base de las plantas y al 10 % si lo queremos pulverizar sobre las hojas.
Como conclusión es importante señalar que colocar directamente materia orgánica en nuestras macetas, puede ser contraproducente. Es decir, las fórmulas de licuados de frutas o vegetales y arroces crudos, lejos de nutrir nuestras plantas, las pueden terminar dañando. Las plantas son incapaces de absorber estos nutrientes directamente, necesitando de los microorganismos presentes en el suelo para que descompongan estos elementos en otras sustancias que si pueden ser absorbidas a través de las raíces, con la ayuda del agua del riego. Este es un proceso que bajo ninguna circunstancia debemos permitir que ocurra en el suelo de cultivo.
Si queremos aprovechar al 100% los residuos de nuestra cocina, con los mejores resultados posibles, debemos utilizar una compostera casera y solo adicionar al sustrato el compost, una vez que este esté completamente listo para ser aprovechado al máximo por nuestras plantas.
Déjenme saber en los comentarios si han usado alguno de estos métodos, de ser así cuál y si notaron algún cambio. Espero sinceramente que les sirva de ayuda este artículo, saludos y gracias por leer.👋👋