Geranio: cómo cultivarlo y llenar tu hogar de color
El geranio es una de las plantas más comunes en balcones, terrazas y jardines, pero su popularidad no es casual: destaca por su resistencia, su facilidad de cuidado y su generosa floración que se extiende durante buena parte del año.
Tabla de contenidos
ToggleEl geranio auténtico y su historia
Cuando hablamos de geranios, no siempre nos referimos al geranio auténtico. Es común confundir al verdadero geranio del género Geranium con el pelargonio del género Pelargonium.
Esta confusión se originó en el siglo XVII, cuando los pelargonios llegaron a Europa desde Sudáfrica. En ese momento, su similitud con los geranios europeos en cuanto a hojas y flores llevó a los botánicos a clasificarlos bajo el mismo nombre.
Aunque la botánica moderna los distingue como géneros diferentes, el término “geranio” ya se había asentado en el lenguaje cotidiano, motivo por el cual aún hoy muchos llaman geranios a los pelargonios.

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Características
El geranio posee rasgos muy definidos que lo diferencian del pelargonio. Originario de regiones templadas de Europa, Asia y América del Norte, crece de forma silvestre en praderas y claros de bosque, donde se adapta con facilidad a suelos frescos, bien drenados y ricos en materia orgánica.
Resistencia y ciclo de vida
Esta planta perenne, rústica y longeva, es ideal para quienes buscan belleza duradera con pocos cuidados. Su resistencia al frío es notable: muchas especies toleran heladas e incluso pierden parte de su follaje durante el invierno para rebrotar con fuerza en primavera.
Estructura y crecimiento
Su estructura es compacta y ligera, con tallos delgados, a veces rastreros o ligeramente erguidos, que permiten que algunas especies formen alfombras vegetales mientras otras se elevan discretamente unos 30 o 40 centímetros del suelo.

Hojas y aroma
Las hojas suelen ser palmeadas o profundamente divididas, con bordes dentados y una textura suave. Muchas veces, al tocarlas, desprenden un aroma fresco y herbal muy característico.
Flores: forma, color y disposición
Las flores del geranio aparecen en pequeños grupos y tienen una forma simétrica con cinco pétalos iguales dispuestos radialmente, lo que crea una imagen armoniosa y equilibrada.
Tienen entre 2 y 4 cm de diámetro y se presentan en colores como rosa, púrpura, azul, blanco y rojo. En muchas variedades, los pétalos muestran delicadas líneas más oscuras que parten del centro, resaltando su belleza con sutileza.
Semillas y sistema de dispersión
Las semillas son pequeñas, alargadas y varían del marrón claro al oscuro. Cada una está unida a una estructura en forma de espiral que actúa como un resorte natural.
Cuando se seca, esta espiral reacciona a los cambios de humedad, enroscándose y desenroscándose para clavar la semilla en el suelo, favoreciendo así su germinación de forma natural.

Cuidados básicos del geranio
Exposición solar y temperatura
Los geranios prefieren una exposición solar directa durante varias horas al día, aunque en climas muy cálidos pueden beneficiarse de algo de sombra por la tarde para evitar el estrés térmico. Por otro lado, la falta de luz reduce su floración significativamente.
Las temperaturas ideales para su crecimiento oscilan entre 18 y 25 °C durante el día y entre 10 y 16 °C por la noche. Aunque prefiere estas condiciones moderadas, es una planta resistente, capaz de tolerar rangos térmicos fuera de su zona ideal.
Su capacidad para adaptarse a cambios de temperatura y condiciones menos perfectas la convierte en una opción robusta para jardines y espacios exteriores.

Humedad y riego
Aunque pueden tolerar climas secos, una humedad equilibrada es fundamental para su salud y desarrollo, idealmente entre el 50% y el 60%. Siempre evitando ambientes excesivamente húmedos, o mal ventilados, ya que esto favorece el crecimiento de hongos y enfermedades.
El ciclo de riego para el geranio puede variar según las condiciones de su entorno, pero en términos generales, durante el verano, el riego suele ser cada 3 a 4 días, dependiendo de factores como la temperatura y la humedad del ambiente. En invierno, cuando la planta está en reposo, se debe espaciar más el riego, pudiendo ser una vez a la semana, o incluso cada 10 días si el clima es frío y el suelo se mantiene húmedo por más tiempo.
Es importante tener en cuenta que el sustrato debe secarse un poco entre riegos para evitar el exceso de humedad, lo que podría llevar a la pudrición de las raíces.
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✅ Precauciones de uso
No se debe utilizar en suelos muy duros ni para medir agua u otros líquidos. Tras cada uso, limpia bien la sonda para conservarla en buen estado.
Sustrato ideal
Para que nuestra planta crezca sana y fuerte, es fundamental elegir un sustrato que permita un buen drenaje y evite el encharcamiento. Una mezcla ideal sería: 60 % de tierra para macetas, que aporta los nutrientes necesarios; 20 % de perlita, que mejora la aireación; y 20 % de arena gruesa, que ayuda a que el exceso de agua no se acumule en las raíces. Además, es importante que el pH del sustrato sea ligeramente ácido o neutro, entre 6 y 7, para favorecer un desarrollo saludable.
Fertilización
La fertilización debe ser moderada y se debe ajustar según la temporada. Durante la primavera y el verano, cuando la planta está en su período de crecimiento activo, es recomendable fertilizar cada dos semanas con un fertilizante equilibrado, que contenga nitrógeno, fósforo y potasio. Esto ayudará a promover tanto una floración abundante como un crecimiento vigoroso de las partes verdes.
En otoño e invierno, cuando el geranio entra en su fase de reposo, es preferible reducir la fertilización o suspenderla por completo. Es importante no sobrealimentar a la planta, ya que el exceso de fertilizante puede dañar sus raíces y afectar negativamente su salud.
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Trasplante

Poda
Durante la poda, es importante eliminar los tallos secos, dañados o débiles, así como cualquier flor marchita. Además, se pueden recortar las ramas más largas para fomentar un crecimiento más compacto y uniforme.
Plagas comunes
Aunque resistentes, no están completamente libres de plagas. Entre las más frecuentes se encuentran los pulgones, la mosca blanca y la cochinilla, que aparecen especialmente en los meses cálidos.
Para controlarlas, se recomienda utilizar insecticidas suaves o soluciones caseras como jabón potásico diluido o infusiones de ajo.

Propagación
El geranio es una planta versátil que puede multiplicarse fácilmente en casa. Existen tres métodos principales para su propagación, y cada uno tiene sus propias ventajas:
Semillas: es el método ideal si deseas obtener muchas plantas nuevas. Se recomienda sembrar a finales del invierno o comienzos de la primavera, en un sustrato ligero y con temperatura constante para facilitar la germinación.
División de la planta adulta: se realiza en la misma época que la siembra. Consiste en separar cuidadosamente la planta madre en secciones, asegurándose de que cada parte tenga raíces propias, para luego replantarlas por separado.
Esquejes: aunque menos común en los geranios, también es una opción viable. Se deben tomar tallos sanos, dejarlos secar unas horas y luego plantarlos en un sustrato liviano, manteniendo la humedad hasta que desarrollen raíces.
Toxicidad
Es importante saber que a diferencia del pelargonio, el geranio auténtico no presenta toxicidad significativa, lo cual lo convierte en una opción segura y confiable para hogares con niños o mascotas.
Conclusión
Cultivar un geranio es más que plantar una flor, es rendirse a la estética de lo sencillo, del ritmo pausado que marca la naturaleza cuando no se le exige artificio. Es traer a nuestro hogar el aire del bosque con cada nueva flor que se abre sin alarde, pero con una gracia que solo la naturaleza en su forma más pura conserva.
📍 Preguntas frecuentes
Es probable que se trate de la mariposa del geranio (Cacyreus marshalli), una plaga que perfora los tallos y puede marchitar la planta rápidamente. Para controlarla, se deben eliminar las larvas manualmente y aplicar un insecticida específico.
Estos son signos de una infestación de pulgones, que segregan una sustancia dulce llamada melaza, atrayendo a las hormigas. Puedes combatirlos con jabón potásico diluido o insecticidas ecológicos.
La araña roja se manifiesta con pequeñas manchas amarillas y telarañas en el envés de las hojas. Suele aparecer en ambientes muy secos. Para eliminarla, aumenta la humedad ambiental y aplica un acaricida específico.
Ese polvo blanco suele ser oídio, un hongo que prospera en ambientes húmedos y poco ventilados. La solución es mejorar la circulación de aire alrededor de la planta y usar fungicidas adecuados.
No siempre. Puede deberse a riego excesivo, falta de nutrientes o mala iluminación. Asegúrate de que el sustrato drene bien, revisa la frecuencia de riego y ubica la planta en un lugar con buena luz solar.
¿Ya tienes un geranio en casa o estás pensando en cultivar uno? Cuéntame en los comentarios tu experiencia o dudas. Y si te gustó este artículo, compártelo con tus amigos.
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