5 tips de Decoración para EVITAR el DESORDEN en Casa
A muchos nos ha pasado que aunque pongamos un gran empeño en tener una buena decoración interior y que pasemos horas haciendo las tareas del hogar, no logramos evitar el desorden en casa. Si esto ocurre, lo más probable es que estemos cometiendo el error de creer que el problema es organizativo y no de diseño. Esto afortunadamente es fácil de corregir.
Lo primero es entender que para que un método de organización o almacenamiento funcione debe cumplir con tres características fundamentales: tener orden visual, permitir el fácil acceso y ser de mantenimiento sencillo. Pero además también es importante tener en cuenta que el buen interiorismo se adapta a la forma de vida y costumbres de los habitantes del hogar, sin imponerse o intentar cambiarlas. Por lo que hoy veremos 5 tips de decoración para evitar el desorden en casa, que al ponerlos en práctica permitirán, que sin tanto esfuerzo, finalmente logremos disfrutar de un espacio agradable, organizado y acogedor.
1. Agrupa y unifica
En ocasiones el problema no radica en que haya elementos fuera de lugar, sino que los adornos a pesar de estar en el lugar adecuado generan ruido visual, provocando que el espacio se vea saturado. Para contrarrestar este efecto, sin prescindir de los objetos, lo que debemos hacer es agruparlos. Para esto lo mejor es colocarlos sobre una bandeja u otro artículo que funcione como superficie común, que contenga visualmente todos los elementos.
Este simple cambio logrará que pasen de ser un montón de objetos sin relación ni orden, a ser un solo conjunto armonioso y unificado. Otra vía que podemos seguir, es agruparlos en pequeños grupos de a tres, en el que además variaremos las alturas. Con esto lograremos crear una composición coherente, pero dinámica y, por lo tanto, el espacio se apreciará ordenado sin perder personalidad.
2. Utiliza las zonas naturales de almacenamiento
La mayor parte de la desorganización proviene de que al llegar a casa vamos dejando nuestras pertenencias en el recibidor o el salón para ponernos cómodos. Es más sencillo acondicionar la decoración para que acoja esos artículos que vamos tirando, que modificar el comportamiento de las personas para que las coloquen en otros lugares. Dicho esto solo nos queda identificar esos sitios y buscar soluciones creativas para acondicionarlos. Es decir, si sobre la mesa que tenemos en el recibidor dejamos, siempre que entramos, las llaves y otros elementos que traemos en los bolsillos, pues colocaremos en ese punto exacto un bol o cesta que las contenga y ya no serán un reguero.
Si además siempre tiramos los zapatos y bolsos en el mismo rincón, pues colocaremos allí un mueble donde cómodamente se puedan guardar y dejarán de ser un problema. Lo mismo funciona con prendas que puedan colgarse, como un abrigo, un paraguas o un sombrero. Si colocamos un colgador en el espacio adecuado, siempre se apreciarán mucho más ordenados, que tirados sobre los muebles del salón. En resumen, el buen diseño interior no hace a las personas modificar su estilo de vida, sino que se adapta y facilita las rutinas cotidianas que ya las personas tienen.
3. Organizadores adecuados
Tener organizadores adecuados siempre ayudará tanto en el proceso de asignar un lugar específico para cada objeto, como en el acto en sí de ordenar y distribuir cada uno de ellos. Pero incluso la tarea de mantenerlo a lo largo del tiempo también será mucho menos tediosa. A la hora de planificar la adquisición o ubicación de cualquier tipo de organizador, debemos estar claros de que si es muy complejo o inaccesible, no lo utilizaremos adecuadamente ni lograremos que el resto de nuestra familia lo haga.
Para tener ordenados los cajones, la solución más práctica y sencilla será ayudarnos de pequeñas cajas de diferentes medidas. No tienen que ser costosos envases a la medida, con un poco de cartón y mucha creatividad podremos hacer excelentes organizadores, con nuestras propias manos.
4. Tener zonas activas y pasivas
Este punto está relacionado con la accesibilidad. En todos los hogares existen zonas de almacenamiento activas. Que serían aquellas que diariamente ocupamos, como un mueble en el recibidor o los gabinetes de la cocina. Pero también contamos con zonas de almacenamiento pasivas, que son a las que no accedemos por varios días, como el desván o un closet al fondo del pasillo.
El error que debemos evitar es colocar en los espacios que empleamos constantemente aquellos artículos que no son de uso diario, como la ropa de estación o los artículos reservados para llevarnos durante las vacaciones. Simplemente, estarán estorbando cuando intentemos colocar algo que si necesitamos constantemente o malgastando ese preciado espacio.
La tarea que tendremos que hacer al respecto es identificar cuáles son estas áreas en nuestro hogar y otorgarle a cada objeto o prenda, el lugar que realmente le corresponde y en el que más provechoso nos será. Pero podemos ir más allá y llevar este mismo concepto a los estantes. Es decir, en las baldas superiores colocaremos aquellos artículos que menos utilizamos, mientras que los niveles bajos y, por tanto, más accesibles los reservaremos para aquello que usamos más a menudo.
Esto aplica especialmente para baños y cocinas y debemos tener en cuenta las pertenencias y rutinas de todos los miembros de la familia. En resumen, si todos los objetos, envases o productos, son fáciles de colocar nuevamente en su sitio, es menos probable que los dejemos tirados en cualquier rincón con la conocida promesa de “después lo guardo donde va”.
5. Crea la mayor cantidad de espacios de almacenamiento posibles
En este punto es mejor pasarnos que quedarnos cortos. En muchos apartamentos existen pequeños espacios sin un uso definido. Convertirlos en áreas para almacenar con un alto valor estético será sencillo, económico y muy útil. Por lo que con algunas baldas flotantes, un colgador y algunas cestas podremos crear un hermoso espacio que de seguro comenzaremos a utilizar.
Aunque cuando hablamos de muebles y estantes de almacenamiento debemos tener en cuenta que siempre es recomendable evitar los estantes completamente abiertos o traslúcidos. Estos colocados en puntos específicos pueden ser muy decorativos. Pero no debemos abusar de este recurso, pues tener todo nuestros utensilios de cocina, accesorios y productos de higiene personal, cables y demás, totalmente a la vista, va en contra de un buen interiorismo. Esto ocurre porque generan ruido visual. Al saturar el espacio impiden que la mirada descanse en su recorrido desde un punto de acento a otro, rompiendo con la armonía del espacio y restando valor a la composición.
Una forma económica de resolver este problema es mediante el empleo de cestas y cajas. Con ellas podremos colocar aquellos objetos de uso diario, a la mano, pero fuera de la vista. Los envases de fibras naturales, además de ser visualmente acogedores, pueden adaptarse a cualquier estilo decorativo, resultan menos costosos que cambiar todo el mobiliario y permanecerán en tendencia por muchos años más.
