Hoy día unos de las ideas con los que más estamos relacionados y que más anhelo nos provoca es la libertad financiera. Pero, ¿sabemos realmente que es y lo que implica conseguirla? ¿Estamos preparados para alcanzarla?
Como concepto es fácil de entender, la libertad financiera no es más que la capacidad de un individuo de cubrir todas sus necesidades económicas, sin que para ello necesite realizar ningún tipo de actividad. Es decir, que genere suficientes ingresos pasivos como para no depender de un trabajo. Dicho así parece una meta imposible de alcanzar. Pero como con cualquier gran meta, si nos trazamos un plan de acción ajustado a nuestra situación real, y comenzamos a avanzar un paso a la vez, podremos alcanzarla.
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TogglePara la mayoría de nosotros, que fuimos educados para estudiar y luego trabajar en nuestra profesión, con la esperanza de conseguir un trabajo bien remunerado, romper con esas creencias limitantes es el primer gran paso. Entender que ese no es el camino a seguir y tener la fortaleza mental para vivir por debajo de nuestras posibilidades sin perseguir la satisfacción inmediata, es el gran sacrificio que se necesita en este camino.
Para esto es imprescindible educarnos, leer libros y artículos que nos alfabeticen financieramente. Escuchar audios de oradores calificados, asistir a seminarios e incluso rodearnos de personas que hayan decidido recorrer un camino similar, que nos apoyen e inspiren en el trayecto.
No podemos llegar a donde queremos sin antes definir donde estamos. Por lo que es necesario que conozcamos cuál es nuestro costo de vida. En otras palabras, cuanto dinero necesitamos para cubrir mensualmente todos nuestros gastos, tanto los productos y servicios que forman parte de la canasta básica como otros gastos que cubran las necesidades particulares de nuestra familia.
Una vez que tengamos estos datos claros, elaboraremos un presupuesto para la administración de nuestros ingresos. Esta herramienta evitará que nos excedamos en gastos, pues al haber apartado un monto específico para cada sector no correremos el riesgo de agotar todo en un solo punto, dejando otros descubiertos. Pero además nos daremos cuenta fácilmente de cuanto nos queda disponible para hacer crecer nuestra economía, Pero, ¿qué pasa si no nos queda nada? Solo tenemos dos vías, disminuir los gastos e incrementar los ingresos.
En muchos casos lo que nos aleja de nuestras metas son nuestros hábitos, si quieres una vida plena y abundante en todos los aspectos, comienza por mejorar tu forma de pensar y actuar, da el primer paso en tu carrera por alcanzar lo que más deseas formando Hábitos Exitosos. Nunca es demasiado tarde para dar el primer paso, no lo dejes pasar!!!!
Mejorar la capacidad de ahorro siempre es viable, aunque implica sacrificios. Llevar un registro detallado de nuestros gastos nos ayudará a saber al final del mes, hacia donde se está yendo nuestro dinero, eliminando todo lo superfluo o innecesario podremos disponer de montos que hasta ese momento no veíamos.
Este es un paso muy importante, dado que la mayoría de las personas no están acostumbradas a ahorrar. Separar un por ciento de nuestros ingresos implicaría romper con un círculo en el que muchos se encuentran atrapados, en el que gastan por adelantado lo que no tienen y luego deben trabajar para pagar esas deudas.
Generar ingresos extras es mucho más efectivo, aunque requiere mayor creatividad. Para esto la mentalidad emprendedora es clave, pues nos permitirá ver oportunidades que de lo contrario no percibiríamos. Implica que en lugar de intercambiar nuestro tiempo por dinero extra en un segundo empleo, intercambiaremos nuestro valor, o mejor aún, el valor de lo que sabemos hacer. Por lo que comenzar a ahorrar implica subir hacia un nivel superior en nuestra educación financiera.
Si ya llevamos al límite este punto y no queda de donde recortar, entonces podemos mirar hacia el segundo camino. Pero además es recomendable tener más de una fuente de ingresos, pues en caso de que uno falte, los demás puedan suplir nuestras necesidades sin que nos precipitemos hacia una crisis que ponga en riesgo nuestra estabilidad.
Uno de los motivos principales que nos impiden alcanzar la libertad financiera es el mal manejo de las deudas. En general, las deudas no son malas, nos permiten tener acceso a bienes que nos ayudan a llevar una vida digna, como una casa o un auto. E incluso, en el mejor de los casos, nos permiten apalancarnos para invertir y crear ingresos.
El problema surge cuando no llevamos un estricto control sobre esos compromisos que adquirimos cuando sacamos una tarjeta de crédito o un préstamo, y que lleva a un deterioro gradual de la salud de nuestra economía personal. Por lo que debemos revisar la totalidad de nuestras deudas y comenzar a saldarlas, comenzando por la de menor monto, dejando para el final la mayor, que generalmente es la hipoteca de nuestra casa.
Ya en este punto habremos generado en nuestra vida la educación y estabilidad suficiente como para comenzar a invertir nuestro dinero, puesto que esta es la forma más directa de alcanzar la libertad financiera. Nuestro dinero trabajará por nosotros, permitiéndonos disponer de tiempo libre para disfrutarlo con nuestros seres queridos.
En todos los casos debemos iniciar en campos donde no corramos un alto riego, que pudiera echar por tierra nuestros años de sacrificio. Investigar profundamente antes de colocar nuestro dinero en las manos de un tercero y no ser ambiciosos en cuanto a los por cientos de utilidades que nos pueden generar, pues podríamos caer en manos de oportunistas.