10 SUCULENTAS COLGANTES que podemos tener en nuestro hogar
El mundo de las suculentas es tan amplio como sorprendente. Dentro de él existe un pequeño grupo con la particularidad de poderse cultivar como plantas colgantes. Esta versatilidad nos permite disfrutar de ellas, incluso si disponemos de poco espacio. Las suculentas colgantes constituyen acentos naturales muy valorados en la decoración interior, por lo que hoy veremos 10 excelentes opciones que podemos incorporar a nuestro hogar.
1. Planta rosario
El Senecio Rowleyanus se reconoce fácilmente por sus tallos largos y finos, de los que brotan innumerables hojas con forma de perlas. Originario de Sudáfrica, se considera una planta rastrera o cubresuleos, aunque se comercializa como suculenta colgante, pues puede crecer hasta un metro de largo, logrando una apariencia muy vistosa. Necesita temperaturas templadas y aunque no tolera el sol directo, si debemos proveerle una buena cantidad de luz y riegos moderados.
2. Cola de burro
La suculenta Sedum Morganianum es nativa del sur de México y Honduras. Sus tallos brotan erguidos y a medida que crecen obtienen el porte colgante tan característico. Alcanzan los 30 cm de largo, con hojas compactas, carnosas y lanceoladas, de color verde grisáceo. Sus flores brotan durante el verano al final de los tallos, en tonalidades rojo y rosa. Prefieren una sombra ligera o un lugar bien iluminado, por lo que evitaremos colocarla al sol directo de las horas del mediodía.
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3. Collar de corazones
De nombre científico Ceropegia Woodii, esta planta es originaria del sur de África y resulta muy apreciada por sus hojas con forma de corazón, de color plateado y verde, que al exponerse al sol adquieren tonos rosáceos. Es una planta trepadora de porte colgante, con finos tallos que crecen hasta 4 metros de longitud. En los meses cálidos da lugar a pequeñas flores muy llamativas, por su aspecto similar a la cera. Sus raíces tuberosas le permiten almacenas grandes cantidades de agua, por lo que los riegos deberán ser espaciados, permitiendo al sustrato secarse completamente.
4. Collar de monedas
La Dischidia Nummularia también conocida como Planta hormiga. En su hábitat natural en China e India, es epífita creciendo adherida a las ramas y los troncos de los árboles. Sus hojas son redondeadas, carnosas, con forma de monedas de color verde brillante, sujetas a largos tallos colgantes. Necesita abundante iluminación indirecta, temperaturas superiores a 15 grados Celsius, riegos moderados y un sustrato muy drenante para evitar encharcamientos.
5. Cactus cola de mono
Hildewintera Colademononis es un cactus originario de Santa Cruz en Bolivia y crece colgando de paredes rocosas empinadas que sobresalen por encima de la selva circundante. Sus tallos son cilíndricos, de color verde claro, de 2 a 7 cm de ancho y hasta 2.5 metros de largo. Completamente ocultos por espinas largas, blancas y suaves, parecidas a pelos. Además, producen grandes flores rojas brillantes de 7 cm de largo que nacen a lo largo de los tallos y resultan muy decorativas.
6. Crassula corazón
Esta hermosa planta rastrera autóctona de Sudáfrica lleva por nombre científico Crassula Pellucida Marginalis. En su hábitat natural crece en acantilados rocosos, por lo que sus requerimientos en cuanto al tipo de sustrato y nutrientes son muy bajos. Sus hojas son carnosas, de color verde con tonalidades rojizas en los bordes cuando reciben la iluminación adecuada y se caracterizan por tener forma de corazón y estar dispuestas a lo largo de finos tallos. Es una planta de crecimiento rápido, por lo que colocada en una maceta colgante la llegará a cubrir e incluso a ocultar en poco tiempo.
7. Planta Rocío
La Aptenia Cordifolia es una planta rastrera nativa de África meridional. Los tallos pueden alcanzar unos 3 metros de largo, por lo que sembrada en una maceta colgante adquirirá gran valor ornamental. Las hojas son de color verde brillante, carnosas, con forma de corazón de unos 3 cm de largo. Amante del calor y la sequedad, prefiere la exposición al sol, lo que provoca la aparición de una gran cantidad de pequeñas flores de color rosa intenso. Necesita riegos con más frecuencia que otras suculentas, aunque solo si la plantamos en un suelo de excelente drenaje.
8. Rhipsalis
Crece en forma de ramas flexibles y delgadas compuestas por numerosos segmentos que, con el paso del tiempo y el crecimiento de la planta, se arquean y entrecruzan tomando una apariencia muy atractiva. Es el único género de cactus epifito que podemos encontrar en la mayoría de los bosques húmedos de América, África e incluso Asia. Por lo que soportan una humedad ambiental más elevada que la gran mayoría de cactus. Siendo viable su cultivo en interiores en zonas tropicales.
9. Cactus cola de rata
El Disocactus Flagelliformis nativo de Centroamérica, posee tallos cilíndricos, delgados, con una longitud de hasta 2 m. Por lo que se hacen colgantes conforme crecen, al doblarse bajo la acción de su propio peso. Cuentan con 10 o 12 costillas con espinas cortas de 0,5 cm de longitud, muy tupidas, de color dorado en sus primeras etapas, aunque se oscurecen con la edad. Se cultiva en macetas colgantes para conseguir un mejor efecto estético. El color de sus flores varía de rosa oscuro a rojo purpúreo, y se abren en primavera, alcanzando unos 8 cm de envergadura.
10. Jelly Beans
El Sedum Rubrotinctum es de hojas carnosas, con forma ovalada, semejante a pequeños frijoles que crecen a través de largos tallos. Son color verde pálido, aunque con sol directo las puntas de las hojas se tornan rojo intenso, muy llamativas. Son nativas de México, en general toleran bien climas calurosos y secos, incluso épocas cortas de heladas y temperaturas bajo 0. Con el tiempo sus tallos se vuelven decumbentes, doblándose bajo el peso del follaje, por lo que se le saca buen partido al colocarlas suspendidas.
En general todas estas plantas son de fácil cuidados aunque difícil trasplante, por lo que debemos seleccionar cuidadosamente la maceta donde las colocaremos y cuando llegue el momento de realizar el trasplante saber que están expuestas a sufrir daños durante el proceso, sin embargo, en poco tiempo se recuperarán e incluso alcanzarán mayor belleza y esplendor.
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